Las aplicaciones de reconocimiento facial les permiten a las empresas interactuar y conocer mejor a sus usuarios; los beneficios del sistema y el debate que se viene por el manejo de los datos y la privacidad.
La mayoría de los argentinos tienen en su bolsillo un smartphone con tecnología biométrica de última generación: Facebook y Google reconocen las caras en las fotos mientras Apple y Samsung permiten desbloquear el teléfono con una mirada. Si bien, hasta el momento, no hay muchas aplicaciones que aprovechen estas nuevas formas de identificación, las marcas empiezan a ver su potencial para atender mejor las necesidades de los consumidores.
En Estados Unidos, la empresa de pago Visa lanzó Visa ID, una plataforma que facilita que las instituciones financieras, los desarrolladores y los socios comerciales adopten rápidamente tecnologías de autenticación biométricas como reconocimiento facial para crear formas más seguras y convenientes para que los consumidores compren, paguen y depositen usando los dispositivos que tienen a mano.
Vida cotidiana
Recorriendo el mismo camino de los drones, que fueron más allá de ser tecnología militar y se convirtieron en electrónica de consumo masivo, las aplicaciones de reconocimiento facial se acercan cada vez más al usuario y abandonan el aura de ciencia ficción.
Las marcas empiezan a reconocer las ventajas que ofrece para mejorar la experiencias de los usuarios, eliminar fricciones, reconocer patrones de consumo y promover espacios seguros.
En la Argentina, el Banco Itaú implementó un sistema de reconocimiento facial que permite abrir una cuenta o solicitar una tarjeta de crédito en forma totalmente digital. A partir de una selfie tomada en el momento y fotos del DNI, el banco puede verificar la identidad online del potencial cliente en tiempo real y ofrecerle el producto adecuado a sus necesidades.
«Los números son contundentes: en abril, a tan solo cinco meses de su lanzamiento, la participación de aperturas de cuentas por este medio alcanzó el 40% del total de ventas excluidas las cuentas sueldo. Esto nos demuestra que hay una necesidad concreta en el mercado para este tipo de soluciones y nos impulsa a seguir innovando y mejorando nuestra propuesta», explica el director de operaciones, sistemas, tecnología y banco digital de Itaú Argentina, Rodolfo Ricci.
La ampliación del alcance de la tecnología biométrica en la electrónica de consumo masivo generó un enorme crecimiento en el mercado global de tecnología de reconocimiento facial. En 2017 alcanzó los $4000 millones y se espera que supere los $14.000 millones para 2026, según una investigación realizada por la consultora de investigación de mercado Stratistics.
La validación a partir del uso de tecnología de reconocimiento facial también permite generar espacios virtuales seguros. La agencia de publicidad y marketing Wunderman desarrolló Femplea, un banco de trabajo de mujeres y para mujeres que tiene el objetivo de resguardarlas y fomentar el empleo de su fuerza laboral en trabajos tradicionalmente realizados por hombres. La aplicación solicita los datos de la persona y le pide acceso para tomar una fotografía de su rostro. La detección del rostro es utilizada para el reconocimiento de género en primera instancia, ya que solo se permite el registro de mujeres.
Mercedes Aizawa, directora de tecnología en Wunderman Buenos Aires, afirma que se trata de un primer paso: «Hoy en día estamos desarrollando una aplicación de reconocimiento facial que da un paso más adelante, ya que es capaz de identificar las reacciones espontáneas de los usuarios por medio del registro fotográfico y de un análisis gestual».
Fricciones
Sin embargo, la tecnología de reconocimiento facial no solo sirve para entornos virtuales. A diferencia del comercio digital, los puntos de venta e interacción físicos todavía tienen fricciones, problemas para medir interés y entender cómo relacionarse con los clientes.
Aprovechando la tecnología biométrica al alcance, la aerolínea Delta inauguró este año una terminal en el aeropuerto de la ciudad de Atlanta que permite a los pasajeros transitar prácticamente sin mostrar el pasaporte. Los viajeros se registran, despachan las valijas, atraviesan los puntos de control migratorio y abordan sus vuelos utilizando sistemas de reconocimiento facial a partir de cámaras en la terminal para verificar su identidad. Además, la aerolínea norteamericana ya permite que algunos clientes usen sus huellas dactilares como tarjeta de embarque.
Sumato-Id es una compañía que desarrolla sistemas de reconocimiento facial que permiten identificar seis emociones primarias en los consumidores a partir de detección de 33 puntos de la cara de una persona. El objetivo es saber qué sucede en los puntos de venta con los nuevos hábitos de consumo, generar acciones y medir el desempeño y en tiempo real.
«Apuntamos a tener una mayor segmentación de los consumidores mientras el local etiqueta los productos para ese perfil -como si fuera el algoritmo de Netflix- y de esa forma le puede ofrecer el producto más adecuado. Sumato aprende qué gustos tienen los distintos consumidores según su información demográfica», explica Augusto Clement, fundador de Sumato-Id, y aclara: «Todo lo que hacemos es estadístico y no podemos identificar unívocamente a nadie».
Datos seguros
A pesar de que la tecnología de reconocimiento facial avanza a un ritmo sumamente acelerado, las aplicaciones todavía generan algunos inconvenientes. Sobre el desarrollo de Femplea, Aizawa sostiene: «El primer problema al que nos enfrentamos fue que la identidad de género no puede únicamente determinarse por aquellos rasgos que detecta el sistema binario determinado por el reconocimiento facial». Por eso, agregaron una validación de género a través del escaneo del documento de identidad.
«Pudimos ver también que muchas chicas trans no han podido lograr aún el reconocimiento de su identidad de género reflejado en su documento de identidad, por lo que en estos casos la fundación Mujeres en Igualdad posee un sistema de aprobación final cuando la IA no logra superar estas barreras de reconocimiento», agrega Aizawa sobre cómo lograron incorporar más mujeres a la aplicación.
Además, siempre está latente la preocupación por la seguridad de los datos. Javier Chistik, territory account manager para Cono Sur de Forcepoint, empresa especializada en ciberseguridad, sostiene sobre esto que «existen acuerdos de utilización de la información que delimitan el alcance de cómo las organizaciones deben utilizar los datos; siempre que se sigan los protocolos establecidos, debería ser seguro».
Fuente: La Nación
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