El esquivo candidato de IT, la estrella necesaria del mundo empresario

Falta gente especializada, pero además es difícil llegar al postulante ideal por los cambios tecnológicos.

 

Hay una brecha que hoy parece insalvable entre la oferta y la demanda de candidatos en áreas de tecnología informática (work readiness gap se dice en inglés). El ritmo del desarrollo tecnológico es tan vertiginoso que el mercado va por delante de los programas de capacitación de las universidades y las empresas. Esta brecha es aún más importante en las tecnologías emergentes, como blockchain, app economy e inteligencia artificial, mientras que las tecnologías más conocidas se van transformando de a poco en commodities.

 

«En el caso del sector de software, el principal factor explicativo de las dificultades para conseguir mano de obra calificada es el crecimiento tendencial de la demanda sectorial por encima del de la oferta», recalcan en el informe «Demanda de Capacidades 2020: análisis de la demanda de capacidades laborales en Argentina», elaborado por el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET). «Las principales limitantes se relacionan con la falta de competencias técnicas o ‘habilidades duras’ de los postulantes y con la falta de experiencia de la tarea a desarrollar,» aclaran.

 

«De las encuestas que hicimos este año surgió que casi nadie consigue los perfiles de IT que busca porque es prácticamente imposible que la educación formal acompañe el ritmo de la evolución tecnológica,» señala en la misma línea la licenciada Alejandra Dantur, coautora del informe «App Economy: Work Readiness Gap Report», que presentó el Center for Strategic and International Studies (CSIS) en junio de 2018 en Buenos Aires.

 

«En la Argentina hay una importante demanda en especial de programadores y desarrolladores, pero la mayoría no tiene los conocimientos técnicos que se necesitan,» afirma Cynthia Isabelle, head of spring professional Argentina y Uruguay. «Para peor, si no se les ofrece home office por ejemplo, muchos candidatos ni siquiera participan en las búsquedas,» especifica.

 

¿Cómo encaran estos desafíos las compañías que pueden hasta perder negocios si no encuentran a los postulantes indicados? ¿Qué hacen por su parte las universidades y centros de estudio para no quedarse tan atrás con la formación que ofrecen? ¿Cómo se posiciona el propio candidato de IT en este escenario en el que a pesar de los retos todo lo señala como el rey?

 

Las empresas están atravesando un cambio de paradigma que las lleva también a repensar su proceso de captación y retención de talentos. Cuando buscan experiencia en determinados temas o lenguajes de tecnología informática, muchas veces no la encuentran. «Entonces toman perfiles junior y los suman a procesos de capacitación en curso en el exterior,» cuenta Alejandro Servide, director de Professionals & RPO de Randstad Argentina. «Eso sí tienta a los candidatos,» añade.

 

En concordancia con Servide, Isabelle concede que «algunas empresas grandes invierten en la capacitación de herramientas específicas, pero en esos casos el proceso selectivo se pone más duro.» Por su lado, Dantur opina que «como hoy no hay manera de comprar un individuo productivo en un estante, las compañías deben cerrar la brecha con capacitación interna, que en un contexto como el actual tiene que transformarse en un hábito.»

 

«Mientras que en cualquier proceso de búsqueda de personal el que tiene que venderse es el candidato, para posiciones de IT la que se vende es la empresa,» observa Servide. Se invierten los roles porque quien evalúa si la propuesta le suma o no lo satisface es el propio postulante. «Los profesionales de IT hoy saben lo importantes y requeridos que son en el mercado y lo hacen valer», enfatiza Isabelle. «El candidato de tecnología informática elige por lo general empresas que le ofrecen entrenamientos más cortos y específicos en las nuevas tecnologías o los nuevos lenguajes, que mejoran su cotización en el mercado,» se extiende el director de Randstad.

 

Por otra parte, las compañías se van flexibilizando respecto a antiguos criterios de selección. Hay muchos jóvenes con dominio de tecnología informática que todavía no tienen el título universitario o que ni siquiera lo persiguen y que sin embargo están ganando mucho dinero y tienen su economía resuelta. «Los niveles de educación formal no son una consideración terminal a la hora de seleccionar candidatos: secundario, terciario o universitario incompleto son aceptables,» es una de las conclusiones finales del informe de CSIS. «En el nicho de IT, el título universitario no es más excluyente si bien tenerlo siempre suma,» confirma en la misma tónica Servide. «No obstante, es muy importante el manejo de inglés técnico,» precisa.

 

Más habilidades blandas

Desde el ITBA reconocen que es muy alta la complejidad a la que se enfrenta la educación. «Tenemos muy claro el qué, pero hay varios cómos posibles porque no existe un método único,» explica el Ing. Juan Vidaguren, decano de la Escuela de Ingeniería y Gestión de esta casa de estudios. «Enfocamos la formación de nuestros estudiantes en un buen manejo de los conceptos básicos, para darles la capacidad de seguir aprendiendo siempre, que es hoy la clave,» añade.

 

Así, los programas y las actividades apuntan los cañones a generar criterio y pensamiento crítico, pilares del aprendizaje continuo. «La capacidad para resolver problemas es la que ranquea primero dentro de las habilidades soft prioritarias, junto con el idioma inglés», indica con un criterio parecido el informe del CSIS entre sus conclusiones.

 

Para Servide, «en estos trabajos se valoran cada vez más los aspectos blandos». Los individuos requieren habilidades relacionadas con la inteligencia emocional. La capacidad de comunicarse y trabajar en equipo, entre otras, son esenciales para tratar con pares, superiores y proveedores en proyectos en los que a veces tienen que relacionarse con jefes en París o Nueva York por poner algún ejemplo. «Las personas que están desarrollando un sistema deben sentarse a hablar con gente de recursos humanos, marketing, etc, por lo que el perfil del nerd recluido quedó atrás».

 

Isabelle es un tanto escéptica respecto del real desarrollo de estas habilidades entre los jóvenes de IT. Su experiencia es que muchos prefieren trabajar solamente por proyectos y no atarse a ninguna empresa por un largo plazo. Varios desarrolladores de Java, por ejemplo, trabajan por un tiempo en una propuesta determinada, ganan muy bien y luego se pagan la capacitación que consideran necesaria por su cuenta. «Por lo tanto, saben hacer una implementación, pero les falta tiempo de madurez en una empresa,» concluye.

 

 

 

 

Fuente: La Nación

 

 

 

 

Fuente: La Nación

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