Solo el 20% de los puestos en firmas tecnológicas son ocupados por mujeres

Hacia 2022, de acuerdo con la consultora Frost

Ciberseguridad es el sector que menos presencia femenina tiene, mientras que ganan terreno en testing, diseño gráfico y de experiencia de usuario







Mencionar a Ada Lovelace y Hedy Lamarr ya es casi una obligación en los artículos que circulan sobre mujeres en tecnología: la primera es considerada la creadora del primer algoritmo destinado a ser procesado por una máquina; la segunda, coartífice de un sistema de salto de frecuencias de comunicación, precursor del Wi-Fi y del Bluetooth, entre otros. Sin embargo, a pesar de estas pioneras, no es común la presencia femenina actual en las áreas techie de las compañías: las mujeres representan, en promedio, entre el 10% y el 20% de la plantilla de empresas informáticas de la Argentina. Y existen dos motivos: la falta de diversidad y la escasez de talento en el sector.


El dato surge de un estudio de Tienda Nube y no es el único porcentaje elocuente. La Fundación Sadosky investigó la participación de las mujeres en carreras de Ciencias de la Computación en el país: de un pico del 75% en la década del 70, pasó al 11% cuatro décadas después. En paralelo, la Cámara Argentina de Software y Servicios Informáticos (Cessi) calcula que cada año quedan sin cubrir 5000 puestos en las áreas de software y sistemas.



Dentro del mundo tecnológico, el problema de la falta de mujeres se comprueba especialmente en ciberseguridad. «No es un tema que se incluya en la agenda de género como sí pasa con la programación y el software libre, por ejemplo. El porcentaje de mujeres dedicadas a esta área estratégica a nivel global es solo del 11%, menor al de participación femenina en posiciones de computación en general», detalla Carolina Cuéliche, de IBM Argentina.



Hacia 2022, de acuerdo con la consultora Frost & Sullivan, en el mundo habrá que cubrir 1,8 millones de posiciones en el área de ciberseguridad: «Faltan profesionales y las mujeres tienen el potencial de cubrir esa brecha», apunta Cuéliche, quien lidera las iniciativas de la compañía en este tema, que cubren un espectro de edades que van desde estudiantes del secundario hasta mujeres en edad laboral. Se trata de buscar «modelos a seguir» y elegir mujeres para liderar equipos de tecnologías en boga.



En cambio, hay nichos donde las mujeres sí se están haciendo un lugar, como en el control de calidad de software o testing, el diseño gráfico y de experiencia de usuario. No obstante, Carolina Hadad, cofundadora de Chicas en Tecnología, afirma que eso se debe «principalmente a que son roles menos técnicos dentro de un equipo de desarrollo».



En ese sentido, la asociación liderada por Hadad trabaja con estudiantes en colegios secundarios y realiza encuestas entre todas las participantes de sus programas. «El 70% prioriza, al momento de elección de una profesión, sentir que son buenas haciendo eso. ¿Cómo podrían sentirse buenas haciendo algo que nunca probaron? El 50% no conoce a nadie que trabaje en tecnología y de la mitad restante, el 80% conoce a hombres solamente», resume.



El desafío de las mujeres en tecnología, entonces, tiene un origen anterior al momento en el que deben decidir qué estudiar. Así lo explica Aldana Vales, integrante de Economía Femini(s)ta: «La base de esta brecha de género es cultural y está fuertemente asociada a los estereotipos. Hay ideas preconcebidas sobre lo que debe ser una carrera para mujeres y una para varones y no se incentiva a las chicas a acercarse a campos como la ciencia y la tecnología».



Esos estereotipos se traducen en una participación menor en cargos jerárquicos, tanto en el ámbito privado como en el público, advierte Vales. Además, la falta de incentivos para que las mujeres opten por carreras tecnológicas también significa una pérdida en el bolsillo: «Las que se involucran en estas áreas tienen un ingreso un 33% mayor que mujeres comparables en otras áreas», dice la web de Chicas en Tecnología.



Ada IT es un emprendimiento social liderado por Celeste Medina y capacita a mujeres con secundario completo con modalidades pagas o con becas de honor: «Para muchas mujeres que participan en el programa, el trabajo que consiguen al terminarlo es el primero que tienen en blanco. Por lo general, duplican su sueldo con respecto al último que percibían y además muchas se animan a seguir la carrera en la universidad, resume Medina. Pero las iniciativas no son nada si no tienen el aporte del mundo corporativo. » Si queremos más mujeres en tecnología, no solamente necesitamos que estudien sino también que las contraten», dice Medina.



Algunas compañías ya están tomando partido. En el caso de Accenture, por ejemplo, además de los beneficios más «tradicionales», como las licencias extendidas o la flexibilidad de horarios luego de la maternidad, también hay una búsqueda activa del talento femenino. Con la academia Technoloshe, la compañía capacita en tecnología a mujeres que no son parte de la empresa en un programa gratuito de tres meses. El objetivo es que, hacia 2025, la firma cuente con equipos con un 50% de mujeres y un 50% de hombres, e intenta involucrar a toda su plantilla en el plan: «Los hombres podemos acompañar el desarrollo de las mujeres en el ámbito de la tecnología reclamando y asegurando igualdad de oportunidades de crecimiento y participación», dice Federico Welsh, director de RR.HH. de la consultora.



¿Qué sucede con aquellas que no se preocupan por la diversidad en los equipos tecnológicos? «Es lo mismo que si no hubiera hombres -opina María Laura Palacios, encargada del Club de Chicas Programadoras-. Los equipos funcionan mucho mejor si son mixtos». La iniciativa que lidera Palacios recibe el apoyo de la Cessi, que busca que para 2030 haya un 40% de mujeres en los planteles de sus compañías. En definitiva, concluye Vales, las empresas que no incrementen la presencia femenina en sus áreas tecnológicas «se están perdiendo el talento de la mitad de la población del mundo».









Fuente: lanacion.com.ar

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