Entrevista Septiembre 2017: Pedro M. Romanazzi, Instructor y coordinador de .NET en EducacionIT

En este mes entrevistamos a Pedro Romanazzi, consultor e instructor en tecnologías Microsoft, certificado internacionalmente, y con más de 25 años de experiencia trabajando en el sector de manera independiente y para reconocidas instituciones, entre ellas EducaciónIT, Software Factory y RL Sistemas.

¿Hace cuanto estas en el mundo de la tecnología?

Hace más de 25 años que comencé como programador en sistemas basados en DOS, no existían la mayoría de los lenguajes actuales (menos el google, claro).

¿Cómo surgió su interés por el mundo de la tecnología?

Cursaba segundo año, en la carrera de ingeniería civil de la UBA, y tuve una materia Diagramación y Programación, que me hizo ver otro mundo, y te diría, que más que la tecnología, mi interés fue por la lógica, y el gran desafío, pensar una solución, plasmarla en código, que la computadora lo interprete y resuelva lo que uno imaginó.

¿Cómo llegaste al puesto de desarrollador?

Ya estudiando sistemas, trabajaba en rubro totalmente ajeno (en la conserjería de un hotel), y un amigo de mi pueblo, Daireaux, que tenía una librería y vendía insumos para computación se enteró por un cliente que necesitaban un programador. Fui, me tomaron, y desde ahí descubrí la sensación inigualable de programar una computadora. Hace casi 30 años guardo inolvidables recuerdos de ese trabajo y tuve muchos maestros de los que aprendí.

En el mundo de la programación ¿recomendas saber de todo o especializarse en algo?

Definitivamente especializarse en algo, con la salvedad de conocer -no saber- de todo.

Aunque en el mundo está aceptado el concepto de especializarse en algo concreto, también es cierto que en el exterior es valorado el profesional de sistemas argentino por su universalización de sus conocimientos.

¿Cómo ves que ha evolucionado el área de .NET?

.NET nace hace aproximadamente 15 años, marcó un antes y después en la programación de aplicaciones – hubo otros que también claro-.

Desde sus inicios se orientó a hacerle más fácil la vida al programador desde las múltiples mejoras al IDE – llamado Visual Studio, que es anterior a .NET- , hasta lo que se denomina Ecosistema -incorporación de librerías y funcionalidades de terceros-.

Está en permanente evolución; una muestra es la incorporación, en su última versión, de la herramienta Xamarin para desarrollo de aplicaciones móviles, tanto para MAC, Android o WindowsPhone.

¿Cuáles son las características y fortalezas indispensables que crees que debe tener alguien para desempeñarse en este campo?

Lo principal es tener la lógica como aliada, desde el pensamiento lógico surgen las ideas primero y las soluciones después.

Segundo diría que es importante la manera en que uno reacciona ante un error, lo podes tomar como un desafío o resignarse y pensar que no estás capacitado.

Tercero y, creo, la determinante, disfrutar de escribir código, testear, corregir, diseñar soluciones y no parar hasta ver el objetivo cumplido.

También, saber escuchar a quien consideres un experto en el entorno donde trabajes y tener ese afán de investigar lo nuevo permanentemente para estar actualizado.

Teniendo en cuenta la historia de rivalidad que existió desde siempre entre .NET y JAVA y pudiendo comparar las etapas de “enemistad” e integración  ¿Qué opinas sobre la posibilidad de combinación que poseen hoy en día ambas plataformas?

Tengo dos miradas sobre esto. La primera, es que suelo ver en los foros discusiones entre programadores sobre las bondades y descalificaciones de uno y otro lado, y me parecen absolutamente estériles.

La segunda, y creo más real, es lo útil que ha sido la evolución de ambas para el crecimiento de la otra plataforma, es decir, la competencia entre ellas hizo que mejoraran ambas y la consecuencia fue que salimos beneficiados los millones de programadores y desarrolladores en todo el mundo.

¿Consideras que es importante certificarse internacionalmente?

Si, totalmente, sin duda. Es un valor agregado a cualquiera carrera o estudios que uno haya cursado, sobre todo en este mundo globalizado.

En tu rol como docente ¿Cuáles son las principales enseñanzas y consejos que les transmitís a tus alumnos en base a tu experiencia? ¿están lo suficientemente motivados o  crees que debes también ejercer un rol de influenciador?

Nunca me gustó pararme del lado del sabio que imparte conocimientos a quienes aún no los tienen “todos somos ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas” como bien lo decía Einstein. Tampoco adhiero a la palabra “alumnos” como masa uniforme, ya que pienso que cada alumno es especial y distinto, y el docente debe saber cómo seducir a cada uno.

Me gusta escucharlos, plantearles problemas, que razonen desde el primer día, que cuestionen, que entiendan lo conceptual, que el código y la sintaxis es lo menos importante, que disfruten programando hasta cuando no le encuentran la vuelta, porque seguramente al otro día se despertarán y aparecerá la solución, como la inspiración a un músico.

El aula es un ámbito mágico y trato que sea placentero asistir a un curso, combinar la clase con anécdotas, algún chiste, hablar de fútbol, literatura o lo que surja en cada grupo, que como dije, cada grupo es distinto y especial.

El Alumno toma con avidez lo que decimos, hay que ser muy respetuoso y sobre todo tener una gran empatía con ellos, todos somos o fuimos alumnos. Más que influenciador, a veces somos puente entre distintos alumnos.  Te cuento una pequeña anécdota que habla de la satisfacción que se siente ser docente para aquellos que amamos esta profesión: el año pasado en dos cursos distintos en EducacionIT, una ex alumna que trabaja en un ministerio, me consultó si conocía a alguien con cierta experiencia en desarrollo en .NET que quisiera trabajar. – No me gusta recomendar pero regularmente recibo Cvs de alumnos y ex alumnos-.  En ese momento me acordé de otro alumno, con el que conversaba habitualmente en los breaks, que se había quedado sin trabajo y le estaba costando insertarse laboralmente. Entonces los puse en contacto y finalmente este alumno pudo empezar a trabajar. Luego de pasado esto, recibí de su parte un email de agradecimiento hacia mí por haberlos puesto en contacto y hasta el día de hoy guardo ese mensaje como un tesoro que me regaló esta profesión.

¿Qué diferencias existen entre un alumno autodidacta y uno que va a aprender?

Muchas, sobre todo romper con la vieja creencia que cada programador programa como quiere.

En mis clases hago mucho hincapié en las buenas prácticas, los estándares, los patrones, las convenciones, las documentación del código. Te diría que esas son las falencias que veo entre quienes aprendieron por su cuenta -sin generalizar- y quienes entienden desde el inicio estos conceptos, que muchas veces son beneficios a largo plazo.

¿Cuáles crees que son los grandes desafíos diarios con los que te enfrentas a menudo?

Primero, la falacia de pensar que todo el mundo puede ser programador y que como escasean se puede acceder fácilmente a un trabajo mejor pago. No obstante, creo que muchos que tienen otra profesión cuando descubren la programación les cambia la vida, ya que esta actividad es transversal a todas las profesiones y la prueba de ello surge de alumnos que tuve y tengo de actividades tan disímiles como periodistas, médicos, contadores, psicólogos, músicos, recursos humanos, etc.

Por otro lado, creo que otro desafío para nosotros como profesionales es hacer circular mayor información, hacer más visible y promover la difusión acerca del trabajo tecnológico que se hace en tan diversas áreas. Es importante difundir que detrás de cada artefacto, de cada acción de colocar la SUBE sobre el lector que tiene el colectivo, detrás de cada compra que se hace por internet, hay siempre un programador para que eso sea posible.

“Toda la vida tiene música hoy”, cantaba el flaco Spinetta hace muchos años, hoy podríamos decir “toda la vida tiene software hoy”.

¿Cómo ves el mercado laboral hoy en día? ¿Hay posibilidades? ¿Considerás que las tareas están bien remuneradas?

Hace ya unos cuantos años que el mercado laboral no logra cubrir los puestos de tecnología en general y desarrolladores en particular que se requieren. La demanda de programadores creció mucho y creo, seguirá creciendo a un ritmo mayor al de capacitados para cada área.

Veo muchas posibilidades, quizás en lenguajes y plataformas que no conocemos aún. Lo que habitualmente se denomina “Internet de las cosas” llegó para quedarse. Si además a esto le sumamos la inteligencia artificial y la realidad aumentada a lo que ya tenemos actualmente, si habrá posibilidades de desarrollo.

En cuanto a la remuneración, es difícil establecer escalas. Esto queda sujeto a negociaciones personales, no hay un convenio aceptado por todos y bien definido, tal como sucede en otras actividades. Considero personalmente que la remuneración surge a partir del balance que hagan las empresas para retener a cada programador, siempre y cuando el profesional conserve su libertad de decidir libremente dónde y en qué condiciones trabajar. A mi parecer lo económico es un ítem más pero no es el más importante.

Para terminar y resaltar el último párrafo, les recuerdo que hace poco fue el día del programador, el día 256 del año, y en las redes sociales hubo saludos y comentarios. Rescaté una respuesta a un comentario que preguntaba cómo si era su día no se lo daban libre como sucede con la mayoría de los empleados. Y alguien le respondió: “porque no es una carga ir a trabajar y lo festejamos programando, disfrutando de tener ese privilegio”.