El 51% de las empresas tecnológicas del país tiene problemas para conseguir trabajadores. Es por la falta de formación técnica y experiencia. Apuntan a las falencias del secundario.
Marcado por la convergencia de herramientas digitales, sensores y la Internet de las cosas, el mundo se encamina hacia la cuarta revolución industrial, caracterizada por los avances en la robótica, la genética, la inteligencia artificial, la nanotecnología, las impresiones 3D y la biotecnología. Para avanzar en esta dirección, las empresas necesitan cubrir puestos claves como ingenieros de software y analistas de sistema. Pero de las 7.800 plazas disponibles en el último año, el 65% quedaron vacantes, según la última encuesta del Observatorio Permanente Software y Servicios Informáticos (OPSSI) de la Cámara de la Industria Argentina del Software (CESSI).
«La industria del software volvió a generar empleo, incorporando a 2.800 nuevos profesionales y dejando una demanda insatisfecha de más de 5.000 posiciones, que hubieran permitido alcanzar los 7.800 puestos que el sector proyectó para 2016″, sostuvo Gustavo Guaragna, miembro de la Comisión Directiva de CESSI a cargo del OPSSI. Tal es la escasez que en algunos casos las empresas buscan a chicos que sí tienen las capacidades requeridas.
La tendencia no se da sólo en Argentina, sino que es global. Una proyección de la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos, prevé que para 2020 habrá 1,4 millones de empleos en la industria de las ciencias computacionales, un sector cuyo crecimiento pronosticado es del doble del promedio nacional. Sin embargo, ese año solo se espera que se gradúen unos 400.000 estudiantes de ciencias computacionales, creando una brecha de talento de aproximadamente un millón de puestos.
“En esta era, el pensamiento y las habilidades computacionales son cada vez más relevantes. La programación forma parte de la nueva alfabetización, permite capacitar a los jóvenes en las habilidades necesarias para el siglo XXI. Aprender programación tiene múltiples beneficios: desarrolla habilidades para la solución de problemas lógicos, estimula la creatividad y el pensamiento crítico; otorga herramientas que permiten adaptarse mejor al estilo de vida actual en un mundo que depende cada vez más de la tecnología; brinda mayores oportunidades de empleo, entre muchas otros” indica Jorge Cella, director de tecnología y filantropía de Microsoft Argentina.
La programación dejó de ser un gueto tecnológico para convertirse en la base esencial para inculcar los conocimientos digitales en los jóvenes. Para los miembros de la Generación Z, considerados los primeros nativos digitales, las ciencias de la computación promueven habilidades distintivas que los preparan para ocupar puestos de trabajos que todavía ni siquiera existen y les aportan conocimientos para iluminar a las viejas generaciones para que puedan emprender y progresar.
Y aunque se han escrito manuales enteros intentando explicar lo que implica sentarse frente a una computadora a escribir código, Victoria Martínez de la Cruz, ingeniera de software de Redhat lo resume en pocas palabras. “La programación es resolver un problema a través de una solución de software. Para que las máquinas te entiendan, tenes que hablar en su lenguaje, que es muy limitado y se utiliza un conjunto de instrucciones escritas en código de programación. Hay muchos lenguajes y cada desarrollador tiene un favorito. Los más empleados en la actualidad son Python, Java, NET y Ruby”.
El Instituto Nacional de Educación Tecnológica (Inet) en su informe «Demanda de capacidades 2020» sostiene que el 51% las empresas argentinas enfrenta dificultades para contratar este tipo de trabajadores y las principales causas obedecen a la falta de competencia técnica, de experiencia y la ausencia de candidatos. La escasez de mano de obra con las capacidades requeridas se relaciona en buena medida a las deficiencias en la Educación Técnico Profesional (ETP), principalmente a nivel secundario.
El estudio «¿Cuánto saben los chicos de tecnología?» llevado adelante por Microsoft entre jóvenes de 15 a 17 años, reveló que 7 de cada 10 chicos se considera a sí mismo experto en tecnología. Sin embargo, cuando se les preguntó sobre la programación, el 40% de los encuestados admitió que no sabe qué significa. Entre quienes contestaron afirmativamente, el 50% aseguró que para ellos programar consistía en saber usar Word y Excel y el 40% afirmó que es saber hacer la tarea con Internet.
La demanda de talentos en este rubro es constante. Al ser una profesión muy solicitada, todos los días salen búsquedas nuevas y se abren nuevas oportunidades. Lo que no siempre se dice es que el otro requisito es tener un dominio fluido del inglés. El tema es que casi toda la documentación de cualquier herramienta está en ese idioma. Lo mismo si tenes que solucionar un problema técnico. Los que te puede ayudar, se comunican en inglés”, afirma Martínez de la Cruz.
Fuente: Clarín.com
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