La confirmación de que Android se convirtió en el sistema operativo (SO) más utilizado del mundo para acceder a Internet, destronando a Windows del liderazgo que ocupó desde la década del 80, puso en foco las medidas de seguridad empleadas para contrarrestar ataques informáticos, dado que cuanto más utilizado es un sistema, más atacado se vuelve.
«El sistema operativo más utilizado siempre es el más atacado, porque los atacantes, que tienen el objetivo de engañar al usuario para hacer estafas, robar contraseñas, etcétera, lo miran desde un punto de vista comercial, como un tema de oferta y demanda, y se centran en donde van a tener más público», afirmó el especialista en seguridad informática Cristian Borghello.
A comienzos de abril, la consultora StatCounter dio a conocer que Android, el SO para móviles de Google, se convirtió por primera vez en líder de accesos a Internet con una cuota de 37,93% del total, frente al 37,91% que sumó Windows. De lejos les sigue Apple, tanto con su SO para móviles iOS (13,09%), como con las computadoras de escritorio Mac (5,17%).
Sin embargo, el aumento en los ataques a Android no comenzó con esa confirmación sino «en el momento en el que el sistema operativo se fue popularizando», señaló Borghello, e indicó en este sentido que «también que en iOS han aumentado los ataques: hace unos años, por ejemplo, encontrar ransomware en Apple era muy poco común, y hoy sale uno en Android y sale enseguida en iOS».
Los dos SO más usados, Android en móviles y Windows en PC, son «sin dudas» los más atacados, continuó el experto, aunque señaló que «no se pueden comparar» porque uno es para smartphones y otro para computadoras.
Consultados por Télam, desde Google explicaron que las actualizaciones en seguridad en Android «se van agregando a medida que vamos escuchando a los usuarios y al mercado».
Entre las principales medidas que toman, destacaron el trabajo conjunto con desarrolladores y fabricantes de equipos para mantener la plataforma saludable y proteger a los usuarios «desde que sacan el teléfono de su caja y a todo el ecosistema del sistema operativo».
«Android fue diseñado con características de seguridad que trabajan en capas, lo suficientemente flexible como para apoyar una plataforma abierta, pero al mismo tiempo, con la más alta rigurosidad para proteger a todo el ecosistema que lo conforma», aseguraron.
Esta característica de ser una plataforma abierta -clave para el crecimiento en la oferta de aplicaciones- hace que el control sea «más laxo», según Borghello, que en iOS o Microsoft Phone, cuyas cuotas de mercado son mucho más acotadas.
Sin embargo, desde Google afirmaron que «en términos de desarrollo para la plataforma, Android posee controles de seguridad diseñados para reducir el trabajo de los developers (desarrolladores)».
«El equipo de seguridad de Android busca vulnerabilidades potenciales en las aplicaciones y brinda recomendaciones para solucionarlas. Todas las aplicaciones Android pasan por chequeos de seguridad rigurosos antes de aparecen en el Google Play Store y eliminamos y suspendemos a sus desarrolladores, aquellas que violen las políticas de la plataforma», subrayaron.
En cuanto a los usuarios, «Android les ofrece tanto visibilidad sobre los permisos requeridos por cada aplicación, como control sobre cuáles de esos permiso los usuarios garantizan. Además, todas las apps instaladas (que ya fueron revisadas antes de ser publicadas en el Google Play Store) son revisadas regularmente en los equipos para controlar como se está comportando», detallaron, y recordaron que si alguna app realiza una acción que no es la adecuada, «el usuario recibirá una notificación de Google Play y podrá bloquearla».
«Todas las apps son almacenadas y trabajan dentro de una caja virtual que ayuda a que la información personal no esté en riesgo. Las apps que los usuarios instalan no tienen acceso a información persona, como fotos o música, a menos que el propio usuario les de el permiso para acceder», sostuvieron.
En esta línea, en términos de transacciones, «cuando un usuario compra una app, Android no envía la información de la tarjeta de crédito para realizar el pago», sino que «utiliza un número de cuenta virtual para mantener los datos resguardados».
La virtualización es también uno de los puntos de seguridad destacados en la última versión del SO de Microsoft. Su uso «permite mover algunos de los procesos Windows más delicados a un entorno de ejecución seguro para ayudar a impedir la manipulación y cuando está en peligro la seguridad del kernel de Windows», segura la empresa en su sitio web.
Esa característica se suma a la «integridad de los dispositivos», el «procesamiento criptográfico» y el uso de sensores biométricos, entre otros.
Históricamente Windows fue por lejos el SO más atacado de todos, y su última versión, según la empresa, incorporó cambios estructurales que «abordan las tácticas usadas en los ataques que probablemente haya leído o haya experimentado personalmente».
«Para lograr este objetivo, Windows 10 aprovecha al máximo las innovadoras tecnologías de hardware con el fin de proteger las identidades de los usuarios, la información y los dispositivos frente a la piratería y las amenazas de malware».
Fuente: http://www.telam.com.ar/
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