Cada vez más cerradas, las aplicaciones móviles se apartan del mundo interconectado de la Web

Con bases de datos y contenidos sólo disponibles en tabletas y smartphones, las compañías buscan diferenciarse de los competidores a costa de un mayor aislamiento en la Red.

 

La navegación por Internet solía involucrar el laborioso ingreso de la dirección exacta a la que se quería ir en la computadora. El navegador Web y el motor de búsqueda simplificaron todo eso, brindándonos la Internet que damos por sentada hoy en día. Ahora, a lo largo de Silicon Valley, empresas desde las más pequeñas que recién se inician hasta titanes, como Google y Facebook, intentan llevar la misma sencillez a los teléfonos móviles, enseñando a las aplicaciones a hablar entre sí.

 

A diferencia de las páginas web, las aplicaciones móviles no tienen enlaces. No tienen direcciones web. Viven solas, cada una en su mundo, en gran medida aisladas una de la otra y de la Internet más amplia. Y entonces así es mucho más difícil compartir la información que se halla en ellas. No se trata sólo de una cuestión de conveniencia del consumidor. Para Google y Facebook, y también para cualquier empresa que ha construido su negocio en la Web, es una cuestión de controlar la siguiente entrada a Internet: el dispositivo móvil.

 

«El concepto global de Google es que vamos a indexar la información del mundo, pero han dejado a un lado un montón de cosas: todas las cosas que están dentro de las aplicaciones», dijo Alex Austin, el jefe ejecutivo de Branch Metrics, una nueva empresa con sede en Palo Alto, California, que intenta crear una dirección web universal que funcionaría en todas las aplicaciones, así como en la web.

 

Digamos que usted busca un hotel para una escapada de fin de semana. Podría buscar ofertas en Google o ir a un sitio de viajes. Pero, dondequiera que vaya en la Web, no encontrará las habitaciones que se ofrecen en Hotel Tonight, una aplicación que ofrece descuentos para las reservas que se hacen a último momento. La única manera de obtener esa información es mediante el uso de la aplicación. Y si encuentra algunos hoteles en HotelTonight, no puede enviarlos por correo electrónico a su cónyuge, porque no hay links para enviar. Ese es tan solo un ejemplo que involucra una sola aplicación. Pero a medida que la gente pasa más tiempo en sus dispositivos móviles y en sus aplicaciones, su Internet ha dado un paso hacia atrás, haciéndose cada vez más aislada, más desorganizada y, en última instancia, más difícil de usar; más bien como la web antes de los motores de búsqueda.

 

«¡Lo increíble es que estamos de vuelta en 1997!», dijo Roger McNamee, el cofundador de Elevation Partners, una firma de inversiones en Menlo Park, California. En términos tecnológicos, el problema es conocido como «deep linking» (enlaces profundos), el obstáculo tecnológico de darles algún tipo de enlace a las aplicaciones, aquellas líneas de letras, puntos y barras que identifican y componen una dirección web o URL.

 

Aunque los enlaces profundos son una preocupación para las grandes empresas de tecnología, se trata de una gran oportunidad para las empresas que recién se inician, las cuales desean quitarles el trono. Según Austin, «quien tenga la mejor base de datos va a ganar este juego». Su empresa Branch Metrics y otras empresas que recién se inician en el campo, incluyendo a URX y a Quixey, intentan convertirse en la tecnología que eligen los desarrolladores de aplicaciones para obtener enlaces profundos. Los esfuerzos varían en su alcance, y las empresas tienen modelos de negocio muy diferentes.

 

Algunas personas dicen que es como colocar cañerías en una casa después de que la casa ha sido construida. «Google fue creada para resolver ese mismo problema», señaló John Milinovich, quien es el jefe ejecutivo de URX. Para los gigantes de la web, los enlaces profundos son una manera de proteger sus negocios mediante la creación de versiones móviles de las cosas que hacen en la web. Tomemos a Google como ejemplo, que gana dinero ayudando a la gente a buscar en la Web. Cuando la gente busca en las aplicaciones, una gran parte queda afuera. Y, aunque que la empresa tiene un negocio de rápido crecimiento con la venta de aplicaciones a través de dispositivos que utilizan su sistema operativo Android, eso no es nada en comparación con su negocio de venta de publicidad durante las búsquedas.

 

La solución de Google es la tecnología App Indexing, una manera de catalogar las páginas de las aplicaciones, dejando que el buscador de Google recupere información de aplicaciones móviles y de páginas web. Twitter tiene las Twitter Cards, que permiten al usuario ir desde la aplicación de Twitter a otra aplicación en su teléfono, en lugar de hacerlo desde la aplicación de Twitter a la Web. Si el usuario no tiene la aplicación que él o ella quiere instalada en un teléfono, Twitter le preguntará si el usuario desea instalarla inmediatamente. Facebook intenta crear un estándar abierto de enlaces profundos para ayudar a las aplicaciones a conectarse entre sí, de modo que, por ejemplo, alguien podría pasar de escuchar a una banda en la aplicación de Spotify a encontrar información sobre presentaciones en vivo de la banda en la aplicación Songkick.

 

Con tantas empresas e inversores trabajando en los enlaces profundos, la competencia se ha convertido en un problema. Eso es porque la forma más fácil de lograr que las aplicaciones se vinculen como si fueran parte de la web es hacer que los desarrolladores de aplicaciones adopten un estándar que funcionaría en todos los dispositivos y sistemas operativos. «Una vez que todos usemos la misma tubería, todos podrán ir y construir empresas y experiencias interesantes tomando eso como base», dijo Eddie O’Neil, un gerente de producto de Facebook que trabaja en el programa de la empresa, llamado App Links.

 

El problema de la aplicación tiene sus orígenes en 2008, cuando Apple presentó la App Store para los iPhones. A diferencia de los sitios web, las aplicaciones fueron creadas para ser pequeñas cajas separadas cuya tecnología les prohibía interactuar una con la otra. En ese momento, la idea de un teléfono repleto de aplicaciones era lo suficientemente nueva como para que la mayoría de la gente se preocupara por si se podían vincular esas aplicaciones. Pero, hoy en día, las aplicaciones han comenzado a eclipsar a la Web. Los estadounidenses pasan aproximadamente la mitad de su tiempo en línea, utilizando aplicaciones móviles, según comScore, una empresa de análisis de medios digitales.

 

Si las aplicaciones dan tantos problemas, ¿por qué usarlas? Esta es la idea que yace detrás de otro tipo de empresas que recién se inician: las que tratan de dar vuelta el problema de los enlaces haciendo que los sitios web funcionen más como si fueran aplicaciones. Famo.us es una empresa de San Francisco que desarrolla software para reempaquetar páginas web con el fin de que puedan ser vendidas y descargadas como aplicaciones, pero que aun así puedan ser buscadas y vinculadas como páginas. Steve Newcomb, su jefe ejecutivo, dijo que los esfuerzos para añadir enlaces a las aplicaciones «con cinta adhesiva» solamente sirven para crear más problemas.

 

Algunos fabricantes de aplicaciones pueden llegar a resistirse a cualquiera de estas soluciones, especialmente si están haciendo un buen negocio con las aplicaciones. Sería difícil indexar algo tan complejo como la lista de hoteles de HotelTonight, por ejemplo, si esos servicios no le proveen a los motores de búsqueda datos actualizados continuamente, algo que no querrían hacer.

 

«Las aplicaciones son exitosas porque están haciendo algo que no puedes hacer en la Web», señaló Sam Shank, el jefe ejecutivo de HotelTonight. «Toda nuestra información es en tiempo real; se puede echar a perder rápidamente». Pero incluso si hubiera una solución fácil, hay muchas otras razones para mantener a las aplicaciones amuralladas. «A los hoteles realmente les gusta que no competimos con sus sitios de Internet», aclaró. Sin embargo, ya sea mediante los enlaces profundos u otra cosa, el mundo móvil se volverá finalmente interconectado, dijo Sam Altman, el presidente de Y Combinator, una incubadora de tecnología.

 

«Lo que hizo la Web tan mágica fue que no hay ninguna fricción para desplazarse de un lugar a otro», expresó. «Podías ir de una canción a la compra de entradas y luego pasar a conseguir direcciones». Y añadió: «la gente perderá un poco de su fortaleza, pero será imparable».

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/

 

 

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