KylinOS, el sistema operativo nacional basado en Linux con el que China quiere sacar pecho ante la presión comercial de Trump

China ha dado un impulso notable a un proyecto de varios años para dotarse de su propio sistema operativo nacional basado en Linux: KylinOS, cuya última versión (la v10) ha sido anunciada hace unos días.


Esto le está sirviendo tanto al régimen chino como a sus medios afines para sacar pecho por su capacidad para avanzar en materia de software al margen de las grandes tecnológicas estadounidense, y en medio de una tensa atmósfera de enfrentamientos comerciales con la administración Trump.


Según el periódico estatal China Daily,

«Esta nueva versión de Kylin sin duda aumentará la confianza del pueblo en que los esfuerzos del gobierno de Washington para reprimir el progreso tecnológico chino pueden no resultar tan exitosos como se creían».

«Es un gran paso adelante para el sector TIC nacional, que se encuentra bajo una tremenda presión».


Y uno de los modos en que esperan desembarazarse de la dependencia con respecto a EE.UU. es fomentando la creación de «un ecosistema industrial propio» a través de la colaboración entre los desarrolladores de Kylin y los fabricantes de chips Phytium, también de propiedad china.


La historia de Kylin


Los sistemas operativos libres basados en Unix (fundamentalmente, Linux y los diversos *BSD) son la principal esperanza de los países que buscan apostar por la soberanía tecnológica: ese lleva años (décadas) siendo el sueño de China.


Concretamente desde 2001, cuando la Univ. Nacional de Tecnología de Defensa china lanzó la primera versión del que estaba destinado a ser su sistema operativo nacional: Kylin OS, basado en FreeBSD; pero no llegó a tener demasiado éxito y su tasa de adopción fue muy discreta, y limitada al ámbito académico y militar.


Y la cosa empeoró en 2006, cuando un usuario chino demostró que ese primigenio Kylin era fundamentalmente idéntico a FreeBSD 5.3, con algunos retoques estéticos. A raíz de eso, en 2009 el proyecto cambió de enfoque y empezó a basarse en el kernel de Linux.


Posteriormente, las autoridades chinas dejaron en manos de una compañía privada, TKC, su desarrollo: ahora cuenta con versiones de escritorio, de servidor, para dispositivos IoT y para superordenadores (Galaxy Kylin, el SO de las computadoras Tianhe-1 y Tianhe-2).


Paralelamente, otra compañía china, CSC, lanzó al mercado NeoKylin, una versión mucho más popular en el sector de equipos de escritorio, y que ya se preinstala en la mayoría de los ordenadores que se venden en el país asiático.


Los últimos meses


A finales de 2019, el régimen chino tomó dos decisiones que afectaban a Kylin. La primera consistió en animar a CSC y TKC a que colaborasen para crear un nuevo Kylin unificado y más fuerte, creando para ello una nueva empresa participada por ambas y centrada en este proyecto.


La segunda fue aprobar un plan destinado a que los servicios gubernamentales reemplazasen, en un plazo máximo de 3 años, todos sus sistemas operativos de origen extranjero por equivalentes nacionales.


Ahora, la nueva versión de KylinOS (de momento sólo para servidores, y bautizada como Galaxy Kylin Advanced Server V10) será compatible con MIPS, SPARCv9 y ARM, además de con procesadores x86.


Desde Kylinsoft destacan que la nueva versión será ideal para ejecutar herramientas de virtualización como Kubernetes, Docker y LXC, además de otros proyectos open source como GlusterFS y OpenStack Ceph.


Para la futura edición de escritorio anuncian, además, la implementación de compatibilidad con aplicaciones Android.



Fuente: Genbeta


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